miércoles, enero 01, 2014

Adicción

Eres un pobre diablo. Adicto a ella. Y por esa adicción te hiciste adicto a muchas cosas más. Necesitas el bombeo de adrenalina que te produce, sentir como si el corazón te estallara, la cabeza que vuela. Por esa adicción has rondado en la inmundicia, padecido mil indignidades y hecho lo imperdonable. Todo por ella. Todo para nada.

La necesitas, no importa lo que debas rogar, lo que debas arrastrarte. No importa a quién debas robar o venderte. Nada importa, salvo la sensación que te provoca. Su forma de llevarte al cielo y al infierno. Todo por ella, todo a través de ella. Pero hoy te ha botado. Te ha cerrado la puerta en la nariz, te ha humillado. Hasta que no tengas dinero, no tendrás otra dosis. Así pasa con las prostitutas de lujo.