jueves, febrero 02, 2006

Erotismo

Sus miradas se cruzaron, llenas de pasión.
Se avalanzaron el uno sobre el otro, en una danza sensual, no absenta de agresividad, en la que ninguno de los dos queria ceder. Se abrazaron con fuerza cediendo a un impulso irresistible. Su pasión animal los hacia vibrar.
El placer los llenaba, acelerando sus movimientos. Ella se abrazó muy fuerte a él, mientras sentia como llegaba la culminación, rozandole el cuello con la boca, anhelante. En el clímax, con un escalofrio de placer recorriendola entera, ella clavó sus dientes en el cuello del macho y empezó a devorar su cabeza, preparandose para el futuro parto.